El jardín de las delicias

érase una vez un jardín
o algo parecido a un jardín
donde la noche ocurría
sin ser vista

diríase un prólogo
de flores doradas
a un otoño
sin escritura

se sucederían los días de las niñas rojas
en sus canastas había un tintero
la muerte les puso pena sin despertarlas

cosas raras
de nunca amar

así es el sur
así el estilo de la ternura


Algo nunca visto

como cuando se dice
no te despiertes de mí
no me prohíbas
              con tu razón traidora

y a bordo de un velero azul
aparecen de pronto
               varias figuras retóricas

la anáfora de un beso
la catacresis de un llanto

y una linterna mágica
alumbra
la sinfonía del mundo

oro mudo
en la noche del pájaro


Siguiendo un fuego

ahora
si puede decirse ahora
para esto

que siempre está pasando y vino
y encenderá la luz
                detrás de cuál imagen

vos
contra un paisaje
cada vez en su temblor

               eternamente mi ciudad
               que todavía no se supo

y sin embargo estoy tocando
a ese camino que me abrís

encandilada
como una oscuridad
               en otra oscuridad


Diecisiete cilindros para un concepto imposible

apenas un presente
arbitrario en el calor
vencido del verano

y en medio de eso
más verde que la hierba
como acunarse cotidiano
la ausencia
                de algo que se toca

pocas cosas
mi amor

             como esta tempestad
             que todavía ni siquiera
nos delata

tu luz golpea
en las colinas de mi cuerpo

la estación -muy quieta-
festeja

             la catástrofe


Santa María Della Vita

la espera es lo pleno
de la ausencia

un terror
de ver al fin
            eso que siempre

antes
o tal vez asidua
             esta amatoria a cuestas

el madrimiento
que me alimenta el alma
            el nido las hechuras

esa casa por años
en mi canción alguna

su tanta prueba
su casi toda prueba
de infortunio y pasmo

gira en torno al invierno

alguna urgencia
no se calma con nunca


Escrituras

el arte es una cosa mental
pero tus manos
alzadas
a lo invisible de mí

como si fueran sordas
al tacto
de lo que no tendremos

y así fuimos un río
y nos íbamos
de la boca a la boca
sin más expectativa
que todo

y hasta pudiera decirse
que una ciudad perdida
se asomó a tu dibujo

mientras los cuerpos volvían
a saber eso que ignoran


Los cementerios de París

el mismo mapa siempre

la misma guerra
a los suburbios del poema
donde el dolor se alitera
sin alcanzar su exilio

o tal vez un deseo
de hallar un punto fijo
para la migración
y la conciencia

y después líneas
pájaros absueltos
                 de su mañana muerta

esa música
entre la nada y la cabeza


Isolda en tres silogismos 

la espada entre los cuerpos
a modo de cautela
o quizá
            para nacer gracias a un límite

algo del rojo de mis labios
como terror a estar desnuda

en el bosque desierto
dije de pronto que sí

la noche poquísima
la vida añorando

la dulce herida


37 muchachas en busca de una mariposa blanca

como si hubiera otra infancia
para venir del mundo
al mundo
              en puntas de pie
en ciertas madrugadas

o un hilo
para soltar a ciegas
el horizonte y las palabras

esa intuición
de pentagramas blancos

ese estupor adentro
sereno casi

en dirección a lo absoluto


Nocturno

nunca vi un cielo así
repleto de batallas
                a punto de ocurrir

como si hubiera una verdad
en algún sitio

o una noche diminuta
para un concierto
inmenso

no sé de otra espiral
donde mi flor oscura
se tolere

              incluso plena
              incluso abandonada


Monólogo interior

¿cosa busca la noche
cuando aquí prolifera
             tu ausencia más palpable

y yo me quedo en vano
            cada vez hacia nadie

eco de qué mármol
de qué aurora

luz de sombra de tu luz
que me naciera

o alegoría del oído

esa campana repicando

por todo paisaje?


Lyrisches intermezzo

cada vez que me amás
el mundo juega y pone
               sobre el mantel del tiempo
criaturas venideras
capas de irreal

y hay despertares blancos
donde el sonido no circula

como si todo dijera
algo me falta

y yo
agradecida al mal que me darías
cuando en provecho de nadie
te retires

y ya no pertenezcas
sino al sol de morir


De rama en rama

un pájaro terrestre
sin más tripulación que su reflejo

dice que sí y que no
y que también

y con el pico arrastra
al mundo
un nido de infancia
interrogada

finísima orilla
el deseo

en la mudez del amor
se da por vencido

se inmiscuye
en su propia geografía


Prólogo para un otoño

nadie sabe
qué sabe un cuerpo
a la hora de perderse

más aún
si en tales circunstancias
la crispación civil
               los besos pálidos
como oriundos de ningún

nadie sabe cómo y cuándo
en su rapaz ternura
las palabras

tan poco y tanto oscuro
el sentimiento

ciertamente
una victoria contra qué

mis reinos sin tu boca
mi muy torpe noche


El oficio de vivir

días
en que ya no me alcanza
cualquier cosa o una cosa

y una especie de congoja ciega
me ordena
               deshacer la cacería

dejar de lado el lujo
de aquello que no he dicho

la pena como calle
que no conduce a nadie

pronto
no quedará muy algo
en el paisaje

ni siquiera el arte
de darse por vencida

ah mi vida mi cielo
mi amargura

si soy capaz al fin y no lo supe
si se lograra en mí lo que me sueña


Fracasos

nada que pudiera contarse
es real

ni siquiera el pájaro asustado
que acaba de escaparse
a su no saber

y así me quedo
a la deriva una vez más
sin tu no venir

que quiere decir estar
confundidísima
entre cantar para nadie
y nada que cantar

el resto es eso que fuimos
como señal perdida
de lo indecible

no es demasiado
ni poco


Casting

dicen que vino a morir
de su gran hambre de nacer

y ahora está ahí
parado en medio del nada
donde el exilio arraiga
                 para evitar no verse

dicen también que a voces
toma un cuaderno y lo deja
un pincel y lo deja
un martillo y lo deja
un violín y lo deja

se enfunda en la confianza que no tiene
y da comienzo

a los perfiles de otro sueño


Haiku

¿qué pensás del atardecer?

a lo mejor mañana alcanzaremos el sol
en el jardín de lo indeleble

no es fácil saber morir
de flores inesperadas


Memento mori

ya no quiero crecer a lo que iba
sin más nadie que un cuerpo
encerrado en su cripta

voy a jugar a las visitas
con eso que ni sé
ni ignoro

nadie verá más cielo
              más tierra auxiliadora

-oh mi dormido entre mis brazos
            mi testa de lo esquivo

la sombra como nunca
no afuera sino adentro

mucho se dirá de mi arrebato
nadie sabrá de mientras
de qué vivo

ni siquiera yo
que habré llegado a Roma
por todos los caminos y ninguno


Histoire du cinéma

flor azul y pájaro indecente
inaugurando formas
de una plegaria a nadie

y así
una vez y otra vez
en el unísono silencio
como bestias de seda

nadie quiso saber en qué medida
ningún por qué
          ni un mísero hasta cuándo

apenasmente él llega
y ella se inventa la palabra
amanza


Pequeña liturgia

no se piensa fácilmente
sino aquello que no fuera

el amarillo
del canto inexistente
como recuerdo hasta qué punto

he aquí

           sin duda

                          una riqueza

no hables
como quien rompe a reír

no calles

no hagas de la casa escrita
la tumba de la imagen


Escena de lenguaje

talmente no mío en ese invierno
cuando no vino porque no vino

y yo
mi cuerpo a voces
                no hagas ni no hables
ni siquiera te mueras
en las declaraciones mismísimas
de amor

música rara el idioma
creciendo en su propia noche

no me arrepiento de nada

esplende el pájaro y muere
por venir a su deseo

este libro es para tu boca


0.0016 kilómetros de palabras confinadas a un poema

curiosa manera de decir
un hombre caminaba por la muerte

lo atravesaban
formas

                   un poco arrepentidas

graduaciones
de lo que no tuvo

el aire
que inhala por minuto
el mundo

              cada vez que se extraña

el resto
fue aritmética mayor

saber caer y no caer
evaporarse

como una herida transparente


Por decirlo así

me acosté con la noche cuando el sol
de este lado del sur
más ruidoso que el ruido
avanzaba
hacia el final de algo

y allí se intercambiaban
lo que pudo haber sido
y lo que siempre está siendo

como un cuerpo
abierto al fin

a la locuacidad de lo que calla


Iluminación profana

una mujer dispuesta
a no ver completamente

algo así como un viento
trayendo de la mano un friso
que va de la caricia al ábside

de ahí
al alma de tu sombra
              hubo sino un paso

la araña inalcanzable
por una vez desnuda
              distraída de lo aún

nada que ver con pesadillas

amé por una vez
todas las pérdias

prometo no contarlo casi nunca


Recomendaciones para cuando la vida vuelca sus dones generosos

no tenés que hacer nada

ni siquiera sufrir
un ataque de pánico
                o escribir un poema
                más huérfano que el día

se viaja así
a la mañana frágil

un duraznero en flor
un rumor de cigarras

un tren que está partiendo
y ya ha llegado

a veces sale el sol
en la manía ingrata de vivir


De docta ignorancia

no fue más que un indicio
un sacudón a orillas
             de un cuerpo anestesiado

ahí
donde ninguno canta
nadie llora

¿quién eras?

¿en qué país de lo irreal
             me estabas esperando?

¿con qué regalamientos
sin tiempo y sin nombre?

tuve sed

tuve miedo en la boca
de esa luz que no cesa


Dícese de un color

una mujer escribe
                mensajes blancos

¿habrá soñado que ella misma
es el mensaje y quien lo escribe
y por eso festeja
                estar perdida?

yo la miro escribir
la incalculable edad
                 de la blancura

alguna vez tal vez
seré la que habré sido


Durar o arder

y esto
que no fuera en vos
más que una resonancia

un contrarritmo
en algún cuando
del olvido

canta de llorar
y apura

              el momento del rapto
para arrojarme a la impericia

y así se empieza en mí
este mapa de cicatrices

cosa de creer

tu idioma de frases cortas
donde alguna vez fuiste un niño
alumbrando en el silencio

ninguna geografía


¿Y después qué?

tantas vidas
adentro de la Vida
como animal despiertamente

y el cuerpo
todavía sin nacer
            sin morir de preguntar

qué talento para tristes
qué encegación
            a grandes bocanadas

lujoso en el no estar
por una vez exento
           se circunvala un reino
           adentro del reino

más allá del más allá
una noche y las noches
tu lengua hace estragos

así se canta en mí la claridad


Alteridad

este miedo
que se quedó
acurrucado en la infancia
                  roba de lo que será
sensaciones remotas

peor que eso come
cosas
que ni siquiera ve

ladra
hasta no ser

sino un espejo astillado
donde mi vida aún
se haga y se contemple

y después
-si es que hubiera un después-
alza un bastión de palabras
                   entre un idioma extranjero
                   y lo extranjero de sí

no sé por qué
esta herida no me alcanza


Cabourg (anécdota en 7 letras)

podría ser
el pájaro azul
que Proust entrevió
                como pasión desnuda

o bien
alguna intersección
entre el verano
           y los veranos

-un trompo
un trompe-l'oeil
el circo mágico
del deseo-

duele la mañana
casi tanto
              en el hemisferio sur

corre el amado a orillas de otro mar
se abren las alas de nadie


Domingo

entrar en la geometría
del bosque

como a un desorden sabio

y allí elegir
una y otra vez
                cuando el sendero se bifurca
ser aquello
que fuimos al comienzo

y un día
simplemente
no saber cómo salir

quién sabe si la muerte
no es esa perfección


Elegía

en los reversos de esta noche
donde no estás por entero
algo está llegando
en tu lugar

un pájaro de lujo
                 colgado de su fiebre
como un signo que insistiera
           -porque hay siempre
más de una derrota-

o bien era yo misma
lo imperfecto del motivo
en el retrato

algo así
como llenar de nada
los pronombres

o decir que los ríos
nacen en el mar

nada es más real cuando lo escribo


Flores negras

en la distancia que consiste
literalmente en tocarse
hay un color
que la palabra
no alcanza

o bien
como siempre
es otra cosa

la esquina más allá del mundo
un cuerpo que desiste
                 de aquello que desea

en qué museo de frases
se oculta

              la condición terrestre

en cuánta flor escrita
para nunca


Vocabulario

todo lo que no sé decir
de un extremo al otro

como perder
de pronto
               las intenciones

digamos que hizo noche
entre mis piernas
                y vos la iluminabas

delicia de batalla
atónita estrategia

tiene razón el cuerpo
sobran los poemas


La máquina amorosa

aquella vez
que sigue siendo ahora

cuando yo

               sílaba desnuda

no terminaba de desearte


Concerto

no está afuera el sonido
sino adentro

ahí donde no estoy
o me perdiera
                y nadie vino a mí
por el camino de Damasco

no sé de otra pasión
más triste

de exilio así de no tener
esa figura que será y en mí se canta

como una voz de fin de mundo
como renuncia
              a toda migración


Educación sentimental

cuando pierdo la cabeza
con tanta esplendidez
como posible

y al borde de tu cuerpo
un lúcido arrebato
                por algo que muy nunca

o tal vez
fue la estación sensible
o un carrousel de lunas
preparando
vaya a saber qué duelos

y yo no quiero que me vaya
yo coso el hambre con la ausencia
el fuego

               a la ceniza

yo avanzo en el libro
que no escribo


Matemática nocturna

          como cuando el cuerpo
          no sabe lo que quiere
entonces suma y resta
y después
resta más y pide
por un instante ser
              The Most Wanted One

y a la mañana siguiente
           esas partículas de muerte
en la recámara sexual

como orfandad del agua
bajo la sed innata

y en esa paradoja
en sí misma una puerta
             de entrada al laberinto

una ciudad aparece
espiritual

                o tal sólo indescriptible


Tema y Variación

menuda intensidad
en los días de los días

yo quise aún mayores males

pasó la luna por tus ojos
tu estrella de ser lejos

se diría un error
a solas con la muerte

una flor golosa
en la viudez del sol

real como nada
el trabajo del alma

por tu boca secreta
la herida


             vuelve y vuelve



E lucevan le stelle

este presente
de tenerlo todo
                  en el vacío de las manos

estos regalos de sol
por la conciencia

como si el mundo
en su dolienza viva
              hubiera dado al fin
con su niñeza

cada vez más difícil
entender lo que se entiende

nunca fueron de piedra
tus besos de piedra



Cancillería laboriosa

pasa
que el amor no se hace

viene porque sí
como el verano

como decir cantás
una canción con mi cuerpo

que escribe cartas
a la mujer que seré

y nadie se da cuenta
ni siquiera yo

que traduzco en tu boca
lo que no sé leer


Poética

empieza como espiral de nada
con esa precisión

y luego avanza a ciegas
es decir retrocede

a cierto cielo
aún desconocido

y en ese movimiento
nunca lo que es
aparece

ni siquiera
lo que no es

pero algo se va
sin hacer ruido

y vuelve a empezar
por otro lado

a esto se le llama
desaparecer en lo real


Sacra Conversazione

dicen que es así
andar
de tanto en tanto
               acompasada

abierta en vilo por la sed
sin preguntar

ni aunque quisiera
todo se fabula
en el acuario de tu imagen

y yo me habré desnuda de emoción
yo habré partido a lo invisible

como una nominanza

abruptamente inquieta
por las caricias del silencio


Despertares

entonces la noche
que todavía no se ha ido
alumbra
             
                 tu alta columna rival

y todo recomienza

el mismo juego inquieto
la misma pesadumbre
en la riqueza junta
de la nada

pero esta vez con calma
como una geometría

de ritmos iletrados


Iconografía para ciegos

un pájaro cruzó
mi línea de pensamiento
donde yo te esperaba casi nunca
como una ineptitud

y así la noche
se iría una vez más
enterita

no fuera a ser que vos
o el niño en vos
dormido aún
viniera hasta el gran miedo

tan desafinado

que debí cerrar los ojos


Lección tardía

qué cosa extraña
la sabiduría

a la espera de ser
añora

su dulcemente propia herida

y después
cuando la embriaga el amor

se va cantando bajito

como un grillo
a contramano del verano


Prosa desnuda

antes nunca hubo
o fue imposible aún

ninguna inspiración
que hiciera piedra del instante
ni siquiera un interior
de un exterior

una y otra vez
no supe algo de poco

no di la pertinente
información
              -anoche tomé pastillas
                nadie lavó los platos-

en tal condición precaria
la luna me ve girar

soy yo la que funda un cielo
de fase en fase


Piedra serena

no importa
a qué hora de qué invierno
o su contrario

el pájaro terrestre
              hace su casa
en la dificultad de conocerse

y allí camina un nocturno
que lo alumbra
cuando suelta el paisaje

canta de sosiego
de fijación celeste

de estar por una vez exento
de su dicción mendiga

más allá del muro
              biografía escrita

el pájaro conoce
su dosis de ayuno

y la agradece


Arte povera

ningún objeto para evocar
el orfanato del mundo

ninguna chica alzada
en la mañana de sí misma

ni siquiera un compás
que hubiera podido indicar
el mío punto oscuro

alma querida
la esquiva más de besos
que me quisieran bailación

no puedo recordar lo que sabía
no sé la mínima pregunta

no encuentro en el dibujo
la flor que me sea


Ut pictura poesis

como el silencio azul
desde el cual pudiera verse
          un resplandor de frases

cosas
que nadie jamás
porque se canta así la claridad
temblorosamente y como sin

qué difícil pensé

en la avenida del linaje
el cuerpo
     
             como un poema frío
empieza a hacer ideas
y ni se reconcilia con la noche
ni reconoce el deseo
de no morir
y morir

drástica esperanza

nunca estuvo tan cautiva
la libertad de lo imposible


Los datos del mundo

como el animal
conserva lo que tuvo
             devorándolo

yo custodio lo indecible
diciéndolo

la boca de un hombre
no es igual

                a un hombre en la boca

                ya no seré quién fui
no haré sino esperarte
como una chica
                 emocionalmente frágil

por supuesto
nunca llegás a mis labios
              nadie se cura del todo
no se nace tan fácil

el cuerpo se pierde
en círculos impacientes

yo escribo
palabras muertas


Leyes

dícese
de ciertas regiones del mundo
donde los pájaros cantan
por la noche

también yo me perdía
por la hora de saber
a ver si escuchaba
             alguna pasión blanca

infieles ciertos sueños
en otros

              no supe ser valiente

me explico mal
en cualquier caso de mi sed
saldrán volando
             tus modos de no estar

y así la noche en mí
como tristeza tan cansada

alguna vez
voy a cantar como volver
voy a estar como vos

afueramente adentro


Canción forense

si se iluminan los huesos
como prueba de existencia

si el agua conmovida
o algún rugido mudo
se da de luz
                y aún se calcinaba

si al fin de tanto ayuno
y menos una estrella
             ocurre lo impensable

la tempestad que trae
al cuerpo sin confines

el íntimo naufragio
y el ningún abrigo


El jardín de las delicias II

hace cuánto tres niñas
o bien una sola
declinada tres veces
como anunciando algo
                que no tiene nombre

al menos no aquí
no en esta vida
ni en otras

como si hubiera un reino
que la imaginación no alcanza
sino en su fracaso

vas a tener que morir
dijo la muerte

pasión difícil el oro

no hay fin
para las cosas de esta fiebre

         







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